CRÍTICA DE LA WEB NAKATOMI CINEMA SOBRE SILENCIOS CANTADOS

Os dejamos la crítica de la web cultural Nakatomi Cinema sobre el espectáculo musical Silencios cantados de la periodista Elena Martín.

Ir a ver, o, mejor dicho, vivir Silencios Cantados es meterse en el corazón y la mente de una María Villarrroya sublime, que te deja sin aliento, y es que, a pesar de cantarte sus vivencias personales, las conclusiones a las que llega las podemos comprender y compartir todos y cada uno de los que estuvimos presentes.

Como bien explica Villarroya al comenzar, estamos dentro de su oficina de objetos perdidos particular y nos abre sus puertas para conocerla y conocernos un poco mejor. Y es que cada espectador sale de la obra con los sentimientos a flor de piel, y, en algunos casos, un tanto agridulces, puesto que no todos los recuerdos son bonitos, pero sí que merecen ser recordados ya que nos han enseñado a avanzar en la vida y a crecer como persona.

La actuación en solitario que no permite que el público aleje su mirada ni un momento es capaz de transmitir todos esos recuerdos. Su voz es capaz de transmitirnos con una breve vibración o con una larga nota lo que el momento le genera en su interior, tanto la pasión, como el desasosiego, el amor, y la tristeza. Y  la combinación de ambas es lo que hace que todos y cada uno de los espectadores que hemos podido disfrutar de este espectáculo nos llevemos una hojita de su corazón de alcachofa.

Conocer los miedos e ilusiones más íntimos de alguien nos facilita pensar en los propios, por lo que si lo que os gusta es sentir emociones en estado puro, abrir los rincones más recónditos de vuestro pensamiento y enfrentaros a vuestra oficina de objetos perdidos personal, esta es vuestra obra, y María, vuestra guía.